martes, 20 de noviembre de 2012

"LA HISTORIETA NO MATA A NADIE", por Sergio Dima

-¿Qué sucede con los noventa?

-Algo tendrá que pasar. Claro, están ocurriendo cosas enormes: El muro de Berlín no es moco, lo de la Unión Soviética, desaparecen países...Se están generando cosas más grandes que en el sesenta todavía. En ese entonces cambiaron sólo las costumbres, pero ahora están variando aspectos estructurales que sacuden al mundo. No sé... un día abrís el diario, y te encontrás con que Ucrania se convirtió en la tercera potencia nuclear del mundo. ¿Y quiénes son los ucranianos, de dónde salieron? Es grave. El SIDA por ejemplo, es una enfermedad que nos puede matar a todos. Estamos en un momento, que desde el lugar que ocupamos no parece tan importante, porque nos vemos aparentemente encolumnados en el bando que sigue vivo. ¿Pero si del otro lado se producen tantas transformaciones, seguirá mucho como hasta ahora? Hay que esperar.

-¿Cómo influyen estos cambios en su trabajo?

-No sé si uno se da mucha cuenta de estas cosas que te van modificando. Me acuerdo en el ochenta un grupo de argentinos fuimos a un festival de comics en Italia, en un lugar llamado Lucca. Ahí hay un crítico muy importante, Oreste Del Buono, con quien una noche tuvimos una larga charla. El decía: “Ustedes que están viviendo en países sometidos a las más crueles dictaduras, tienen una cosa que los europeos hemos perdido, la capacidad de metáfora”. Se refería tambien a la literatura. Si uno al pan lo tiene que nombrar de otra manera y al vino también, es probable que se convierta en un poeta. Ahora, si al pan le puedo decir pan, al vino vino y a la caca caca, lo más seguro es que al referirme a todas las cosas por su nombre sea menos interesante. Del Buono era un intachable hombre de izquierda, había militado en el Partido Comunista Italiano: o sea que no se lo podía acusar de pensador fascista. El sostenía que los regímenes opresores estimulaban la imaginación. Mirándolo a la distancia, me da la impresión de que uno era mucho más creativo en esa época en la que trabajábamos con la metáfora. Es cierto que cuando uno puede decir las cosas como quiere, se pierde eso. Por suerte ganás otras: la libertad y ojalá el humor siga decayendo por falta de mérito.

-¿La historieta puede convivir con la literatura, o inconcientemente la está matando?

-Me parece que la historieta no mata a nadie. Es como decir que el cine terminó con el teatro o la televisión con el cine. ¿Mata?. Le hace ocupar otro espacio. Ahora el asunto es: la literatura por ahí se lee menos porque los medios audiovisuales son más poderosos. En el siglo XIX llegabas a tu casa y ojeabas el diario, no se podía ver televisión. Va cambiando la manera en como mirás las cosas. Vos pensá en las novelas de terror del siglo pasado. El que hoy lee a Edgar Allan Poe no se asusta mucho, y era un escritor de gran terror. Vos imaginate en el año mil ochocientos y pico, Poe a la noche, a la luz de una vela. Seguro que debe haber dado más miedo que ahora con spots.
Así como va cambiando la manera de vivir, también lo hace la escritura. ¿Curioso, no?. Cambios no desde la literatura o el cine mismo, sino desde la sociedad.. La luz eléctrica es un descubrimiento monstruoso, y estoy convencido de que la gente empezó a leer y a escribir de otra manera. Podía ver mejor. ¿Cómo te vas a asustar de los fantasmas si tenés la habitación toda iluminada?. La pelea entre la literatura y la historieta no creo que exista.
Las historietas nacieron como una necesidad de la prensa, no para competir. Las primeras salieron en los diarios norteamericanos y tenían que ver con una cuestión industrial. Hasta la creación de la rotativa a fines del siglo, la cual permitía escupir quinientos mil ejemplares en dos horas, los diarios se dirigían sólo a los que sabían leer. Entonces en un país lleno de imnigrantes polacos, holandeses y gente que apenas hablaba inglés, apelaron a eso que hoy conocemos como "prensa amarilla".
El género revista de historieta tarda en aparecer. Años. Hasta que se dan cuenta que se pueden hacer solas, sin necesidad de los diarios. La historieta siempre termina ocupando un lugar postergado. Por lo general se ubica en la zona donde estin los horóscopos, las recetas de cocina. Eso seguramente fue porque no nació como un género indepediente. Fijate que aparece casi al mismo tiempo que el cine. Sin embargo una película... en tanto necesita actores, filmadores, directores, proyectores, salas oscurecidas y qué sé yo, se convierte en una industria muy grande. La historieta no, porque nace como algo subsidiario que viene a la cola de los diarios. No es un género menor, es una actividad dependiente. No me parece que por leerlas, nadie deje de frecuentar libros.

-¿Alguna vez escribió borracho o drogado?

-No, lo siento. A lo mejor con un par de whiskys de más, pero nunca fuera de mis cabales. Tendría que haber hecho la prueba. Yo estoy conforme con mi método de laburo. No me parece que tenga que apelar a ningún artificio, pero seguramente porque no estoy buscando algo excesivo. Creo que aquel que necesita fuertes estímulos es porque tiene una poderosa cosa interna para decir... lo siento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario